lunes, 17 de junio de 2013

conociendo Bélgica, empezamos por Bruselas

Quiero compartir con vosotras una mini guía de Bélgica, fruto de todo lo vivido y conocido durante mi año de Erasmus en 2009.

Para cualquier duda escribirme un comentario.

Empezamos por Bruselas 

BRUSELAS (Bruxelles, Brussels)


En el emplazamiento de la actual Bruselas, Saint Géry, obispo de Cambrai y Arras erigió una capilla en honor a San Miguel Arcángel allá por el año 695. Pero sólo tomó el nombre de Bruselas cuando el emperador germano Otto II confió a Carlos, duque de Lorena y descendiente de Carlomagno, un feudo en el valle del río Zenne. Carlos hizo construir sobre la isla Saint-Géry un fuerte en el año 979. El lugar fue llamado "Bruocsela" -bruoc: pantano; sella: templo o capilla, es decir "capilla del pantano"-. Hoy, el río Zenne desapareció con la urbanización y sólo es visible en las afueras de la ciudad.
Un siglo después, la isla Saint Géry fue abandonada, seguramente por ser demasiado pantanosa, para trasladarse al sur del Zenne, a Coudenberg, donde actualmente se encuentra la Place Royale, y se construyó un castillo que recibiría posteriormente al duque Juan I de Brabante, en el siglo XIII, y a los duques de Borgogna, en el siglo XV, hasta la actualidad.
Hacia el año 1100 la pequeña ciudad se rodeó de una muralla, se construyeron iglesias y hospitales y se desarrolló el comercio, especialmente de textiles, favorecido por la presencia de ríos y canales en la región que permitían una salida al Mar del Norte. Otras ciudades como Brugge, Antwerp y Gent también aprovecharon de esta ubicación geográfica privilegiada.
La ciudad pertenecía al ducado de Brabante, que dependía a su vez del Imperio Germánico desde el año 925.
Hacia 1229, la ciudad había crecido tanto en importancia que obtuvo del Duque de Brabante su primera carta magna otorgándole un cierto grado de autonomía. En el siglo XIV, los concejales se instalaron en una casa sobre la plaza del mercado, la futura Grand Place.
Bruselas tendía a ser la capital del ducado. En 1359, tropas del Condado de Flandes, dependientes del rey de Francia, intentaron conquistar la ciudad, ataque que fue rechazado por los bruselenses bajo el mando del desde entonces famoso Everard't Serclaes.
En 1430, el sucesor del duque de Brabante, Felipe el bueno, duque de Borgoña, hizo de Bruselas la capital de su vasto imperio. Bajo su reinado se construyó el Hôtel de Ville (Ayuntamiento), un gran palacio en Coudenberg, iglesias y otros edificios significativos. María de Borgoña se casó con Maximiliano de Austria, y cuando ella murió en 1482, el gobierno de Bruselas pasó a manos de los Habsburgo.
Al morir Maximiliano, su hija trasladó la capital a Malines y allí se ocupó de la crianza de su sobrino, el futuro Carlos V, quien alcanzada la edad de 15 años heredó el trono de Borgoña y a los 16, el de España. Era el año 1515; comienzo de la dominación española en la región. Carlos V restableció a Bruselas como capital y la hizo emerger nuevamente como una ciudad poderosa, superando a sus rivales flamencas Brujas y Amberes.
En 1555, Felipe II sucedió a Carlos V, y debió hacer frente a problemas de religión que significaron para Bruselas dos siglos de decadencia y oscuridad. En 1695, Bruselas fue atacada por tropas francesas que destruyeron 4000 casas y gran parte de la Grand Place, que fue reconstruida en los cinco años siguientes, para tomar el aspecto actual.
De 1713 a 1794, Bélgica pasó a manos de los Habsburgo. En 1789 hubo un primer levantamiento independentista contra José II, cuyos resultados tuvieron una corta duración. En 1795, Bélgica devino una región francesa. Cuando Napoleón fue vencido en Waterloo, cerca de Bruselas, en 1815, el Consejo de Viena decidió la creación del reino de los Países Bajos, unificando Bélgica y Holanda.
Hasta 1830, la ciudad se vería sometida a potencias extranjeras, franceses y holandeses, hasta que por fin fue el triunfo de las fuerzas revolucionarias y fue nombrado Leopoldo I como rey de la nueva nación independiente, con Bruselas como su capital.
Desde su independencia, Bruselas se convirtió en un polo de atracción demográfica. Se poblaron los barrios industriales y, siendo la mayoría de los belgas de origen flamenco, se comenzó la "francofonización" de la población; el francés era la lengua que hasta entonces utilizaban solo los nobles y burgueses.
Tras la llegada de Leopoldo I, se abrió el canal Bruselas-Charleroi y en 1834 se fundó la Universidad Libre de Bruselas. Refugiados ilustres, tales como Víctor Hugo y Carlos Marx volvieron a la ciudad un caldo de cultivo de ideas muy activo. Grandes trabajos arquitectónicos acentuaron el carácter de Bruselas como capital: se edificaron las galerías Saint-Hubert (1846), el Palacio de Justicia (1866-1833) y el Parque del Cincuentenario (1880). Se realizaron trabajos de entubamiento del Zenne y se abrieron los boulevares centrales. Se crearon nuevos barrios como objeto de un urbanismo revolucionario. Bajo el impulso del arquitecto Victor Horta, soberbias residencias Art Nouveau se levantaron a comienzos del siglo XX.
Como consecuencia del proceso de expansión de la lengua francesa, a mediados del siglo XX el movimiento flamenco comenzó a organizarse para reivindicar el holandés. El intenso debate, que duró casi toda la segunda mitad del siglo pasado, concluyó con la creación de un estado federal con 3 regiones: la Región Flamenca, de habla holandesa, la Región de Valonia, francófona, y la Región de Bruselas-Capital, bilingüe. Asimismo se crearon 3 comunidades culturales: la Comunidad Flamenca, la Comunidad Francesa de Bélgica y la Comunidad germanófona.
Convertida en ciudad cosmopolita y pluricultural, en 1958 refuerza su rol de capital de Europa convirtiéndose en sede de la Unión Europea. Ese mismo año se construye, con motivo de la Exposición Universal, el famoso Atomium, que se volvería un símbolo para la ciudad. En 1967, la OTAN fija también su sede en Bruselas.
En 1979, Bruselas festejó sus 1000 años de existencia y en 2000 fue designada capital cultural de Europa.


El centro de Bruselas se puede ver en unos pocos días si hacemos una visita intensiva. Lo más importante es:
 Grand Place entre sus edificios destacan el Ayuntamiento, la Maison du Roi, como recomendación entrar en le Roi d’Espagne para tomar un aperitivo (está en una de las esquinas de la plaza), aunque cualquier bar de la place ofrece buenos vinos, aunque también son un poco caros.






Si queréis probar los mejillones al vino el mejor sitio calidad/precio es Chez León (Rue des Bouchers, 18). Los demás restaurantes tienen a los maîtres en la puerta captando clientes. Lo recomendable seria no entrar en ninguno de ellos, porque suelen ser caros y no tienen  la mejor calidad. Si no apetece comida típica belga, y se prefiere tomar carne sugiero, Aux Pavés de Bruxelles (Rue du Marché aux Fromages 1)





Un sitio muy cerquita de esta zona y emblemático para tomar cervezas, ya que ofertan una variedad de casi 1000 cervezas, es el Delirium Café (Impase de la Fidelité, 4). Es un sitio perfecto para tomar unas cervezas en caso de necesitar refugio debido al mal tiempo en la ciudad. Si os acercáis hasta aquí, al final de la calle esta la Jeanneken Pis (en vez del niño, la niña haciendo pis)


Saliendo por la rue d’Etuve de la Grand Place y caminando unas cuatro manzanas se llega hasta el Manneken Pis (niño haciendo pis). Existen distintas historias acerca de su origen todas ellas igual de validas pero algo inverosímiles. Por esta calle podremos probar gofres con chocolate o con fruta típicos del país.
Con el paso de los años se han creado cientos de leyendas sobre el Manneken Pis. Estas son las más extendidas:

El niño de la estatuilla apagó de una forma tan original una mecha encendida, salvando así a la ciudad de un incendio.
Cuentan que durante la batalla de Ransbeke, se colgó de las ramas de un roble la cuna donde estaba el hijo de Godofredo de Lorena. Durante la batalla, el niño salió de la cuna y le encontraron orinando en un árbol.
Según otra leyenda, el hijo de un noble de Bruselas abandonó una procesión para orinar en la pared de la casa de una bruja que le lanzó un maleficio convirtiéndolo en estatua.
Además, En el año 1698, un gobernador regaló la primera pieza de vestir al Manneken Pis, una túnica que fue la primera de los 650 trajes que han ido regalándole los presidentes de gobierno que han visitado Bruselas. En el Museé de la Ville, situado en la Maison du Roi, se pueden ver los trajes que forman el vestuario del pequeño héroe, cientos de trajes regionales con un pequeño tamaño, o algunos aún más curiosos como un traje de torero o de Elvis. En determinadas ocasiones a lo largo del año el Ayuntamiento disfraza a la estatua original.

Saliendo de la Grand Place por la Boterstraat, pasamos por la Iglesia de san Nicolás y llegamos hasta la Bolsa. Merece la pena hacerse una foto en este imponente edificio.


Si caminamos por la rue de la Colline desde la Grand Place llegaremos hasta la Galarie de Saint Hubert. Cerca de ellas tenemos  bombonerías como Godiva, Leonidas, Neuhaus. Los más baratos son los Leonidas. De todas formas podemos encontrar las bombonerías por diferentes sitios de la ciudad. 





Llegados hasta aquí podemos seguir a la Iglesia de la Madeleine por rue de la Madeleine, o si seguimos por la rue de la Montagne nos encontremos con la catedral gótica de la ciudad, Saint Michael et Saint Gudule




Desde aquí a unos pocos minutos y cambiando de zona, propongo un paseo por el Parque de Bruselas, que está en una gran plaza rodeada por el Parlamento de Bruselas y por el Palacio Real. Desde la rue Royale pasamos por  la plaza de  Royal  y de un lado tenemos vista de la ciudad baja, la torre del Ayuntamiento y del otro la iglesia de saint Jacques  -sur- Coudenberg.



Si continuamos por la rue Regent, pasaremos por delante del Museo de Bellas Artes y seguiremos visitando la Place du Grand Sablon con la iglesia de Notre Dame du Gran Sablon. Recomiendo entrar con luz del día para disfrutar de sus vidrieras. Del otro lado está la Petit Sablon, con un pequeño parque con una fuente perfecto para una parada de descanso.





Debemos continuar por la rue Regent hasta el Palacio de Justicia, edificio imponente desde el cual tendremos unas vista de toda la ciudad baja, y de puntos más lejanos como el Atomium, y el Sagrado Corazón. Es recomendable escaparse de las vías principales hasta el Palace d’Egmont y su parque donde hay una figura de Peter Pan. 




Cambiando de barrio, lo mejor es bajarse en la Estación de metro de Luxemburgo para visitar el Barrio de las Instituciones Europeas, comenzando por el Parlamento Europeo. Detrás de él nos encontramos con el Parque de Leopoldo.





Si caminamos por la rue Froissart llegamos hasta el Consejo Europeo y la Comisión Europea. Del otro lado tenemos el Parque del Cincuentenario.









Al otro del parque caminando hasta Montgomery, cogemos el tranvía línea 7 direccion Heysel, confirmar antes de montar (unos 30-40 min), y en la parada de Centenaire nos bajamos y subimos por Boulevard du Centenaire hasta el Atomium. Se puede subir (pagando) desde arriba se tendrán unas bonitas vistas.






Si subimos hasta el metro de Heysel y cogemos la línea 6 en Dirección Simons- Elisabeth, y nos bajamos en Simons y estaremos en el Sacre-Couer importante basílica de la ciudad. Se puede subir (pagando) desde donde se podrá ver toda la ciudad de Bruselas.